lunes, 7 de junio de 2004

...los mismos lentes

Instintivamente levanto mi mano y la sitúo en mi frente. Mi cabeza arde... En mi mirada, antes perdida, se dibuja la cocina de mi casa. Empiezo a escuchar, primero levemente, luego en subida, unas voces sonrientes.

Recupero la conciencia. Escucho como mi hermano de 17 años le narra a mi tía cómo les fue el viernes pasado en un antro llamado "Manaos": explicando como hacían para tocarles el trasero a las muchachas, o como les insinuaban muy indiscretamente si estaban utilizando "hilo"...

Suena el teléfono. Me doy cuenta que estoy cenando. Mientras voy a contestar el teléfono me pregunto porque siempre es regla que el teléfono suene mientras como. Es M., un compañero de la universidad. Esta enojado. Habla cortantemente. Me dice que después de la clase de la tarde Y. (que por cierto es la novia de M.) me dijo que bajáramos J. y yo a los laboratorios para adelantar el trabajo de mañana. Me excusé y le dije que ando un poco despistado. Sigue cortante y me dice, "no hicimos nada". Me siento culpable, para terminar con broche de oro el día. Me dice "bueno" y corta el teléfono.

Me topo con mi primo y mi hermano mientras regreso a terminarme la cena. Pregunta mi primo: "y usted no va a ‘artistear’, verdad?", y le responde mi hermano: "No, Mario es un amargado"... Que mejor respuesta.

Con un entusiasmo de tirarse al virilla, me encierro en mi cuarto. Pienso.

De nuevo la jaqueca me distorsiona los pensamientos. Quizás deba de buscarme un nuevo amor, como dice la canción, aunque sea para tener ilusiones. Al fin me llegan imágenes, al principio difusas con las confusión. Luego claras. Me veo conduciendo, escuchando música Jazz de fondo. Inconscientemente miro hacia la izquierda y veo una joven paseando a un canino... Rápidamente presiono el freno. La miro: unos jeans desvencijados, un sueter gris y unos lentes de borde grueso de color negro. Luego las imágenes corren...Ahora conduzco en sentido contrario, un par de horas más tarde, con el rojo atardecer a mis espaldas. De nuevo desvío la vista... Ahí está de nuevo... El mismo suéter, los mismo lentes, y con un perro diferente...

Abro los ojos, la resaca de imágenes de esfuman. Ya no soporto la cabeza.