Divagando....

¿Porqué? Esa es mi pregunta. Y mis días son búsqueda de respuestas. ¿Porqué tienen las cosas que ser sí? Por más que me esfuerce siempre hay algo que sale mal... y los demás.

Angustia, cafés sin azúcar, bueno cuando es que hay café o la cena. Y el sol? no lo conozco o lo olvidé. Cuadritos? Iguales? o parecidos? No los reconozco. Me reconozco a mi mismo? Creo que si... mi rostro es otro. Frustración ante los demás, si. Escepticismo, también. Esperanza, claro!!!!

Y si alguien trabajara en mí, borraría mis curvas y tendría vértices. Eso dicen, pero no lo creo. Y aquí llegan el sexo, los tacones que caminan a lo lejos. Uno rosa, un beso; dos rosas, algo más? Sexo sin amor, y sigue siendo lo mismo. Y la poesía? La busco bajo la almohada pero sólo encuentro problemas o dilemas. Los busco pero me toca abrir los libros con portadas que desconozco pero que me sé de memoria los párrafos. Y unas palabras aquí y otras por allá. Y me refugio en la música, en mi adentro. Desespero. No se donde ir. Y algunas noches sueño, a veces con aviones que caen, otras con amores que me son inalcanzables aún en sueños. Y la rutina, la vida.

Y las mujeres y la poesía. Yo escribo para tratar de alcanzarte, de enamorarte. Identidad? Soledad? Y me piden que olvide, pero no saben que uno nunca olvida, sólo se autoengaña. Y por más que uno sonría el corazón se enconje por dentro. Siempre, como en mi cuento. Y la frustración de estar sólo, y no encontrar un final menos triste. Pero todo es recurrente, la historia continúa y nadie quiere ser partícipe. Y las ganas de vivir se van por el retrete: tanto esfuerzo, tanta trasnochada, y al final no importa quien eres sino a quien conoces. Y la suerte? La odio! porque es enemiga.

Y me sigo queriendo tirar del noveno piso, y me recriminan cuestiones que todavía ignoro. Y no logro obtener lo que quiero, no siempre depende de mí... nunca lo es. Y luego dicen que porque me encierro, y el café hoy quizás tenga un poco más de azúcar, pero no en la medida que quiero. Y el auto sigue vacío, y las lágrimas, que a veces caen silenciosas, o me herrumbran por dentro... y me oculto bajo la cobija... soñando despierto.