domingo, 26 de septiembre de 2004

Maximizar y Minimizar.

Conversando un poco con un amigo, nos dimos cuenta de un fenomeno que nos ocurre frecuentemente.

Es el Maximizar y Minimizar. Realmente no sé a cuantas personas les ocurre. Pero a mi y a mis amigos nos ha pasado.

Y es que, cuantas veces me he enamorado de alguna dulcinea, y a causa del mismo enamoramiento he Maximizado todas sus virtudes, inclusive algunas veces le he inventado algunas. Y paralelamente, he minimizado todos sus defectos, hasta llevarlos a un tamaño insignificante que casi los olvido.

Y con el pasar el tiempo, cuando las cosas no salen bien (que es algo demasiado común por no decir siempre), se da el mismo fenómeno pero de manera inversa. Usualmente he tendido a Maximizar todos los defectos de aquella damita que quiero olvidar, minimizando lo más que puedo todas aquellas virtudes que antes encontré y engrandecí, esto con el afan de olvidarla más fácilmente.

Es una buena técnica, si quieres dejar ese sentimiento lo más pronto posible, de manera rápida y sin dolor.

Pero, ¿Es la única manera de olvidar? NO. El segundo método que he utilizado es simplemente dejar que el tiempo transcurra y aprender a vivir con aquello que no será. Es un buen método. De hecho lo prefiero. Pero es doloroso, y hay que tener mucha paciencia porque es cuestión de muchos meses (depende que tan grande sea el sentimiento a dejar atrás). Lo creo más sano, porque uno realmente

no se se obliga a olvidar... Solo se olvida. Y no se olvida la persona, sino el sentimiento de creer en que algún día podrá haber algo más que una amistad.

Pero mis amigos siguen aplicando Maximizar y Minimizar, lo ven más practico y me atrevo a decir que me toman por loco por hacerlo por el método lento y doloroso. Pero a la vez se asombran al ver los resultados que he logrado...

No los culpo por no hacerlo a mi manera. Y a veces prefiero que lo hagan fácil. Pero conmigo la cosa es distinta. Tal vez solo sea porque soy un poco masoquista.